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Inseguridad vuelve a poner de rodillas a los Santiagueros.

Santiago.- El aumento de los atracos a mujeres en las calles y familias mantenidas en cautiverio en sus propias viviendas, muestran los frágiles niveles de seguridad y la pérdida de la tranquilidad ciudadana. Cada vez son los santiaguenses que son víctimas de los hechos delictivos, ante la falta de un plan de las autoridades que permita reducir la inseguridad y devuelva la paz. Las estadísticas del ministerio público establecen u promedio de 17 muertes violentas por mes en lo que va de este año.

En el mes de septiembre se han registrado doce, una gran parte víctimas de la delincuencia. En avenidas como la autopista Duarte y la Estrella Sadhalá son de los lugares donde mayor cantidad de asaltos se registran. Alguna de las víctimas son estudiantes de medicina de las universidades que operan en esta provincia.

Luz Alcántara, quien trabaja para el departamento de comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) fue víctima asalto al llegar a su lugar de trabajo.

“Por mucho tiempo no borraré el rostro de este delincuente, cuando en tono abusivo me dijo pásame la cartera y no obstante por segunda vez de forma amenazante y con sus manos en los bolsillos simuló estar armado”, narra la comunicadora.

Alcántara dice que fue arrebata de todas sus pertenencias ente estos cartera, dinero en efectivo, tarjetas y su celular recién comprado y un bultito que traía.

“Cuanta impotencia me siento indefensa, sola y sobre todo insegura de tantas desgracias, malicia, violencia y vandalismo en nuestro país. Saldré a la calle de mi ciudad por obligación pero no porque tenga deseos de hacerlo”, indica la comunicadora.

Recientemente, ocho integrantes de una misma familia fueron asaltados y mantenidos en cautiverio en su vivienda ocurrido en la calle diez de Gurabo.

La llegada de un amigo de la familia asaltada, provocó un enfrentamiento y la huida de los malhechores.

Altagracia Rivas Rosario, es otra de las víctimas de los atracadores.

“Aunque a veces no nos agrede físicamente, nuestro ser emocional está con los nervios de punta, la vida eso es lo que importa, lo material se recupera. Lo que más duele es que estos delincuentes recorren nuestros alrededores como si nada y nadie hace nada”, refiere.